ANA MARTIN / ENTREVISTA
Entrevista a Irene Nuñez Cid, Licenciada en Traducción e Interpretación que cursó 3º en Paris, en la Universidad de la Sorbona.
¿Como y cuando te surgió la idea de irte de Erasmus?
Desde que comencé la carrera y conocí la existencia de las becas Erasmus siempre quise participar en el programa y hacer uno de los años de mi licenciatura en el extranjero. Estudié traducción e interpretación. Una carrera de idiomas, por eso la idea del Erasmus era tan importante y útil para mis estudios.
Pedí la beca cuando estaba en segundo por que muchos de mis compañeros también la pidieron ese año.
¿Qué país elegiste?
Elegí Francia (París) por varios motivos. El primero, mejorar mi nivel de francés que estaba muy por detrás de mi nivel de inglés y el segundo por la ciudad y su universidad. Estudiar en la Sorbona me atrajo mucho ya que es una universidad bastante conocida en Europa. La ciudad no me defraudó. Tiene mucha vida cultural y mucha diversidad. Nunca te aburres.
¿Con quien te aventuraste en este proyecto?
Desde España fui con una chica de mi clase, que además era la mejor amiga que hice en la universidad, así que eso facilitó mucho el comienzo, que siempre es duro cuando vas a un lugar nuevo y que tampoco es tu país.
Allí hice amigos de muchas nacionalidades, pero es verdad el mito de que los españoles tendemos a rodearnos de españoles o en su defecto latinos, por que yo acabé teniendo más amigos españoles, italianos, griegos o latinoamericanos que franceses. Una pena por un lado, por que no perfeccioné tanto como hubiera querido el francés…que era uno de mis objetivos principales.
¿Cuál es tu valoración de la experiencia? ¿Cuales fueron las ventajas y los inconvenientes?
La experiencia en todos los sentidos positiva y enriquecedora. Siempre me ha gustado viajar y hasta ese momento lo había hecho mucho, pero vivir un año en otro país es distinto. Te hace, de alguna manera, madurar. Ya llevaba dos años viviendo fuera de mi ciudad y haciendo las cosas por mi misma, pero el Erasmus es distinto y a veces más complicado en algunos aspectos. Tienes que aprender a sacarte las castañas del fuego tu solo, en otra lengua y con nadie cerca que te respalde. Fue de locos hacer la matrícula, encontrar residencia, hacerse una simple cuenta bancaria o comprarse un móvil. Además éramos muchos estudiantes Erasmus, por lo que no te trataban de manera especial, eras un estudiante más y punto.
Una de las mejores cosas: aproveché para viajar mucho. Desde Paris había muy buenas comunicaciones con Bélgica y Holanda, así que organizamos varios viajes a estos destinos.
¿Qué facilidades te prestó tu Universidad?
La universidad desde España organizó bastante bien lo que se llama el Learning Agreement, que es un papel en el que aparecen las asignaturas que vas a cursar en el Erasmus y las equivalentes en la universidad española. Pero llegamos allí y habían cambiado el plan de estudios, además allí no existía equivalente exacto de mi carrera, por lo que cursaba asignaturas de tres carreras distintas…todo clasificado por códigos y en distintos edificios…nos llevó mas de un mes volver a hacer nuestro Learning equivalente por que cada cambio había que consultarlo a los dos coordinadores, el de París y el de España, y que te dieran su visto bueno viendo los programas y contenidos de las materias.
Con respecto al alojamiento, tuvimos que buscarlo solas. La universidad no nos ayudó mucho…sólo nos revisaron las cartas que mandábamos para solicitar residencia para ver qué tal estaba. Pero buscar alojamiento en Paris sin estar allí fue una odisea. Tardamos 2 meses en encontrar algo. Tuvimos que mandar certificados de notas, certificados médicos, informes de profesores, curriculums, cartas de motivación, la carta de concesión de la beca, ingresos de nuestros padres, entrevistas por teléfono…
¿Qué opinas de la cantidad de dinero que otorga la beca?
La cuantía de la beca está bien, pero claro, es la misma para todos los estudiantes Erasmus, te vayas donde te vayas…y la verdad no es lo mismo irse a Varsovia que a París. El nivel de vida era alto. Más alto que en Madrid, pero también puedes pedir la ayuda de movilidad del MEC y allí en Francia tienen una ayuda especial para los estudiantes, sean de donde sean, para el alojamiento, la CAFF y eso nos redujo bastante el precio de la residencia donde estábamos.
¿Y que hay de cierto en el mito de que los estudiantes de Erasmus no pisan las aulas?
Fui bastante a clase, por que en Francia tienen una forma de evaluación continua. Controlan lo que haces a diario…incluso en algunas clases pasaban lista…y así no te lo juegas todo al examen final…aunque el hecho de ser Erasmus ayudaba para hacer viajes o cuando tenías que volver a casa, por ejemplo en Navidad, te podías quedar más días…allí no celebran los reyes, por ejemplo.
¿Cómo fueron tus convalidaciones?
La verdad es que mi coordinadora española era muy exigente. No infló para nada expediente.
Además el sistema de créditos utilizado en Francia es distinto, los ETCs, por lo que tuve que hacer unas 20 asignaturas allí para convalidar 8 en España, y el problema era que tenias que aprobar todas las asignaturas francesas para convalidarla por la española. Si por ejemplo, eran 4 asignaturas francesas para una española y suspendías una de las cuatro, automáticamente suspensa la asignatura española. Lo de las convalidaciones fue una de las peores cosas, pero de todas formas lo recomiendo y merece la pena.
¿Qué consejos puedes dar a aquellos alumnos que quieren estudiar en otros países pero se sienten indecisos?
Animo a cualquiera que tenga dudas a que participe en el programa. Creo que es una experiencia única en la que conoces otro país, otra lengua, otra cultura y a muchísima gente. Es muy enriquecedora. Es un año de tu vida que vas a recordar siempre.
No la cambiaría y si tuviera la oportunidad lo volvería a repetir. Está claro que como todos los principios es un poco duro y hay que armarse de paciencia, mucho papeleo y burocracia… pero en poco tiempo te haces con la ciudad, el idioma y te encuentras muy a gusto…
Yo ya tenía dentro el gusanillo de los viajes y las ganas de conocer distintos lugares, pero desde el Erasmus esos deseos aún son más fuertes y se convierte en algo necesario en tu vida. Próximo destino: Estonia, con el Servicio de Voluntariado Europeo.
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