El pasado sábado, falleció el segundo presidente del Gobierno de la democracia, Leopoldo Calvo Sotelo, que consiguió llegar a lo más alto del poder ejecutivo tras la dimisión de Adolfo Suarez.
La muerte le llegó a los 82 años y de forma repentina, ya que según fuentes familiares, no padecía ninguna enfermedad. Sus restos fueron velados en la más estricta intimidad familiar durante todo el sábado en el propio domicilio de Calvo Sotelo, en el municipio madrileño de Pozuelo de Alarcón.
Sus restos mortales fueron trasladados al día siguiente al salón de los Pasos Perdidos del Congreso de los Diputados donde se instaló la capilla ardiente durante veinticuatro horas para que los españoles pudiesen dar el último adiós al ex presidente del Gobierno y se le impuso el collar de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III a título póstumo. Una vez celebrada una misa y un homenaje en su honor, el entierro tuvo lugar en la localidad lucense de Ribadeo, donde Calvo Sotelo pasó parte de su vida y de donde se sentía muy enraizado.
Por expreso deseo de la familia, este jueves se celebrará el funeral de Estado que contará con la presencia destacada de los Reyes de España y del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. También asistirán las principales autoridades del Ejecutivo y los anteriores jefes de Gobierno, con la excepción de Adolfo Suarez.
PRESIDENTE EN HORAS DIFICILES
Leopoldo Calvo Sotelo se licenció en Ingeniería de Caminos en 1951 y se doctoró años más tarde en la Universidad Politécnica de Madrid. Después de ocupar diversos cargos en diferentes empresas, en 1975 fue designado ministro de Comercio en el Gobierno de Arias Navarro y posteriormente ministro de Obras Públicas, portavoz de UCD en el Congreso y Vicepresidente del Gobierno para asuntos Económicos.
Finalmente el 25 de febrero de 1981 Calvo Sotelo fue nombrado presidente del Gobierno. El inicio de su mandato coincidió con el intento golpista del 23-F y finalizó en menos de dos años tras el desmantelamiento de otro levantamiento militar en octubre de 1982. El ex presidente jugó un papel destacado tras el Golpe de Estado del 23-F, ya que durante su mandato se logró consolidar definitivamente la democracia en una sociedad bastante inestable.
Después de dejar la presidencia, no terminó su etapa política, fue elegido miembro de la Asamblea Parlamentaria y eurodiputado en el Parlamento Europeo. En los últimos años, no se había retirado por completo del panorama político, además de publicar varios libros, en 2002 el Rey Juan Carlos I le concedió el título de Marqués de la Ría de Ribadeo.
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