Bonita camiseta

Jesús García / Columna

El mundo de la cultura se ha vuelto a vestir de rojo y negro. Steven Soderbergh ha presentado en Cannes “Che”, una sesión doble que conforman “El Argentino” y “Guerilla”, ambas con Guevara como protagonista. Eduardo Noriega también se ha enfundado en la piel del Che para interpretarlo en otra película americana dirigida por Josh Evans. Y, no hace mucho, Gael García Bernal encarnaba al mismo personaje en su etapa de juventud en “Diarios de Motocicleta”.

América (y todo occidente) se rinde a la efigie de Guevara, y lo llevan al cine, a la cultura de masas, aunque hay escenas que creo que me he perdido. Quizá es que se cuelan en los intermedios de la película y yo siempre suelo cambiar de canal, quizá es que llego tarde a las salas de cine y las concentran en los primeros minutos o quizá es que todo eso vendrá en alguna secuela o, incluso, en algún remake de Bollywood.

La cuestión es que no veo por ninguna parte de estas documentadas películas al Che ayudando a instaurar una dictadura en Cuba, al Che ordenando fusilamientos de prisioneros tras juicios relámpago arguyendo que no merecían vivir, al Che que asesinó a niños a sangre fría. A ese Che que realizaba ajusticiamientos en masa junto a Raúl Castro, al que pretendía lanzar los misiles nucleares rusos de la crisis del 62 contra Estados Unidos y que lamentó que Kruschev evitara la tercera Guerra Mundial. A aquel Che que asesinó a un compañero de la Guerrilla cuando éste intentó abandonar la fuerza, y al Che que, cuando en la Asamblea General de la ONU le pedían respuesta sobre los fusilamientos que había llevado a cabo sin ningún tipo de juicio previo, respondió “fusilamientos sí, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando mientras sea necesario”.

No sé, será que me he equivocado de cine y esta no es la película correcta, aunque bueno, siempre me queda comprar el merchandising en la entrada, me quedan muy bien las camisetas de color rojo y creo que estas las fabrica Nike en China.